martes, 11 de diciembre de 2012

El fruto del consumo

Estaba claro que un amor que había empezado en la sección de congelados de un supermercado, no podía terminar de otra manera.
A los nueve meses nací yo.

martes, 4 de diciembre de 2012

Clasificados

 Sea breve, por favor dijo el hombre.
Sabía que en la línea del consuelo cobraban por palabras.

martes, 27 de noviembre de 2012

Viajes temporales

Mi vida cambia cada día desde hace cuatro años. Cada hora, cada minuto y cada segundo vivo una vida distinta. He sido sheriff y cowboy, pescadera en un supermercado, cirujano de prestigio e incluso prostituta. Cada día soy alguien diferente. ¿Cómo lo hago? Tengo un artilugio extraño: una especie de mando de tele. Lo compré de segunda mano a unos rusos, gente de fiar para estas cosas. No obstante, ayer me di cuenta de que no tenía pilas.

domingo, 25 de noviembre de 2012

(In)voluntades

 –  Hoy todo será distinto  dijo en voz alta.
Y acto seguido desayunó como de costumbre.

Confusión

Salió a la calle con una sola idea: rescatar a todas las almas perdidas que habitaban el planeta. Sin embargo, nadie acudió a su cita. La única que estaba perdida era ella.

Amor loco

Le diagnosticaron una leve enfermedad de fácil solución: tiempo y 5 mg al día de Olanzapina.

lunes, 12 de noviembre de 2012

(In)esperado


Sabía que algún día ella lo descubriría. Lo que nunca se le ocurrió fue que después de hacerlo lo mataría.

jueves, 2 de agosto de 2012

Recomendación para evitar la muerte de su oído

En toda ciudad, pueblo o aldea que se preste se erige por lo menos una iglesia, capilla o templo con su correspondiente campanario. Si la iglesia, capilla o templo no está en uso, no sucederá nada; pero si por el contrario, dichos espacios se emplean de forma habitual, entonces, prepárese para vivir la muerte de su oído. Una pérdida causada por el repicar constante de entre una y tres campanas más de 100 veces al día. Una bofetada inesperada pese a su exacta puntualidad, con ese sobrio y a la par agudo griterío que todo lo interrumpe. Aproximadamente, 133 golpes metálicos (sin contar el aviso a misas diarias, de difuntos y demás, eso va aparte) capaces de quebrarlo todo sin ningún pudor: la noticia del día, la cuarta sinfonía de Beethoven, incluso la concentración. 
Ante tal escandalosa situación, la cual acostumbra a ser directamente proporcional a la cercanía a la que usted se encuentre de esta máquina de ruido infernal, le recomiendo llevar siempre encima unos tapones. O si lo prefiere, anotarse a la liga de hombres y mujeres a favor de las campanas recubiertas de algodón.

Cruzada a favor del silencio

La liga de las campanas recubiertas de algodón fue iniciada por Don Exequiel Velasco. Un hombre bueno, a pesar de su odio irrefrenable al ding-dong de las campanas del pueblo de su esposa. Un día, cansado de tanto repiqueo y jolgorio cortante, decidió emprender una cruzada a favor del silencio y subir al campanario para forrar las copas de suave algodón. Amontonados al pie de la iglesia, no todos comprendieron el noble acto de Don Exequiel e incluso muchos lo criticaron. En cualquier caso, nadie le dijo nada a la cara. Es costumbre en los pueblos, y por lo visto en general, hablar a espaldas. Imagino que por aquello de "ojos que no ven, corazón que no siente". 


martes, 17 de julio de 2012

Incertidumbre, necesidad y sorpresa


¿Calcetines grises o azules?
En un día normal Samuel nunca se hubiera hecho una pregunta como esa. Su color preferido era el negro y así lo demostraba su vestuario, su coche, sus muebles, su peine y su ratón. Sin embargo, no se sabe si por el desdén del momento o el empalme madrugón, el muy personaje no supo ver las cartas que el croupier de la vida le mostraba.

Un pastelito, por favor.
Más tarde, al pasar por delante del almacén de Antonio, Samuel sintió la necesidad de comprarse un pastelito. Él odiaba la palabra pastelito. A menudo se preguntaba: “Pastelito” “¿Qué tipo de nombre es ese?” ”¿Qué garantías puede ofrecerte algo que se llama pas-te-li-to?” Jamás en una situación estándar Samuel hubiera atendido esa llamada dulzona y, mucho menos, haberla complacido. Mas aquél día lo hizo.

La perra de la vecina.
Como podréis imaginar, a un tipo al que le gusta el negro y odia la palabra pastelito, no le van las sorpresas. Ese día ni el azar ni el entendimiento estaban de su parte. Justo antes de cruzar la calle, la vecina del 5º se acercó a él y le dijo: "Samuel, voy a ser madre"Sin mirar, Samuel salió corriendo. A los pocos segundos, mientras el chico soltaba el pastelito para agarrarse a la vida, la vecina concluía: …madre de un Terrier alemán.          
        

martes, 19 de junio de 2012

El coleccionista de imágenes

Coleccionaba imágenes de personas, lugares, detalles. Lo hacía concienzudamente: observando, encuadrando su objetivo y, finalmente, apretando el disparador. Cada imagen era un deseo y cada deseo, su vida.

martes, 5 de junio de 2012

La felicidad

Algunos la oyeron, otros la vieron de lejos, la leyeron e incluso, los más atrevidos, la tocaron. Pero la gran mayoría prefirió esperar a las rebajas para comprarla de oferta en un gran almacén.

lunes, 21 de mayo de 2012

lunes, 9 de enero de 2012

19 veces 19

Dispuse la luz en un ángulo de 19 grados. Me senté a 19 centímetros de la mesa. Tomé 19 tazas de café que contenían 19 sorbos. Leí 19 consejos en 19 minutos y escribí 19 títulos compuestos por 19 letras. Utilicé 19 cucharillas de plata. 19 servilletas y un solo plato. Consumí 19 terrones de azúcar. Me levanté 19 veces y durante mis 19 visitas al baño, ojee 19 libros de recetas. Dibujé 19 rayas y pinté 19 jotas. Todo, mientras esperaba a mi inspiración, que había salido hacía 19 minutos a comprar 19 historias de 19 letras.

lunes, 2 de enero de 2012

La Supermuñón

Bajo el bullicio de las Ramblas, donde en verano el olor de crema after-sun se mezcla con el autóctono, se esconde un lugar dado al suceso: el ladroneo descarado. En numerosas ocasiones he presenciado cómo en el andén izquierdo –dirección Plaza Catalunya–  se amontonaba un grupito de ladrones y ladronas, dispuesto a hacer su agosto con el despiste ajeno. Sé muy bien que cada cual se dedica a lo que quiere o puede. Sin embargo, debo reconocer que en esos momentos, y por qué negarlo, también después, he fantaseado con irrumpir en la acción convertida en la justiciera SM, de Supermuñón. Como justiciera Supermuñón, cortaría los dedos, uno por cada falta, a quien tratara de infundir el mal subterráneo. El corte sería limpio, sin sangre. Algo muy profesional. Nada de espectáculos, que aunque a todos nos gusta ver rajar a los malos, en el metro también viajan niños y gente muy aprensiva. Para conseguir esos cortes gourmet viajaría de pueblo en pueblo para aprender de los mejores carniceros, e incluso, hablaría con algún maestro jamonero, de esos que salen en el telediario. Aprendería qué tipo de cuchillo utilizar en función de la carne, que por unanimidad, sería siempre la de un cerdo. Ángulos. Secciones. “Póngamelo finito”. Me vendría arriba. Amputaría dedos que posteriormente clavaría en la entrada del metro al más puro estilo romano. Eso sí, sería un aviso más sutil. Hay que reconocer que un dedo, aunque sea el más gordo o incluso el dedo corazón, luce menos que una buena cabeza por pequeña que sea. Fuera como fuere, la justiciera SM y su saquito de herramientas cortantes desplegable estaríamos ahí, dispuestos hacer el bien. En cuanto a la imagen, creo que al principio unas mallas, un buen delantal y un mensaje claro, del tipo “Pórtate bien, cabrón. Firmado la Supermuñón”, serían suficiente. Pero a partir de ahí no hay nada escrito. Se aceptarían promotores, y gente que bajo la bandera del bien quisiera unirse a la acción. Al fin y al cabo la ciudad es nuestra, al menos, en la parte que corresponde a los impuestos.

Texto creado para "Algunos cuentos desde el rincón más gris de la Ciudad"el primer proyecto en solitario del diseñador e ilustrador barcelonés Adrià de Yzaguirre, también conocido como Ocho Cuervos. 
 
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Palabroflexia y otras verbalidades by Jordina Navarro Llop is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 Unported License.