martes, 17 de julio de 2012

Incertidumbre, necesidad y sorpresa


¿Calcetines grises o azules?
En un día normal Samuel nunca se hubiera hecho una pregunta como esa. Su color preferido era el negro y así lo demostraba su vestuario, su coche, sus muebles, su peine y su ratón. Sin embargo, no se sabe si por el desdén del momento o el empalme madrugón, el muy personaje no supo ver las cartas que el croupier de la vida le mostraba.

Un pastelito, por favor.
Más tarde, al pasar por delante del almacén de Antonio, Samuel sintió la necesidad de comprarse un pastelito. Él odiaba la palabra pastelito. A menudo se preguntaba: “Pastelito” “¿Qué tipo de nombre es ese?” ”¿Qué garantías puede ofrecerte algo que se llama pas-te-li-to?” Jamás en una situación estándar Samuel hubiera atendido esa llamada dulzona y, mucho menos, haberla complacido. Mas aquél día lo hizo.

La perra de la vecina.
Como podréis imaginar, a un tipo al que le gusta el negro y odia la palabra pastelito, no le van las sorpresas. Ese día ni el azar ni el entendimiento estaban de su parte. Justo antes de cruzar la calle, la vecina del 5º se acercó a él y le dijo: "Samuel, voy a ser madre"Sin mirar, Samuel salió corriendo. A los pocos segundos, mientras el chico soltaba el pastelito para agarrarse a la vida, la vecina concluía: …madre de un Terrier alemán.          
        

 
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