Mientras el vagabundo fantaseaba con conducir el coche de Dios, la princesa jugueteaba con su cuerpo y se imaginaba entre sábanas sucias de moteles baratos. Incitados por sueños divergentes, se alejaban de la realidad que un día los llevó hasta el altar.
viernes, 14 de mayo de 2010
Vagabundo, coche, Dios, princesa, motel, sueños, realidad (1)
Etiquetas:
Juego de palabras,
Microrrelato
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario